jueves, 30 de mayo de 2013

'No es un adiós, es un hasta pronto.'

No puedo retrasar por más tiempo esta entrada. Llevo tiempo pensando cómo hacerla y qué decir en ella. Bueno, ya sabéis que soy una estreñida emocional...


Amigos, ha llegado la hora de la despedida; el curso se acaba. Es educado dar la bienvenida a alguien cuando lo conoces, y también despedirse cuando los caminos se separan. Queda menos de un mes, y una mezcla de alegría y de tristeza me invade. Sí, has leído bien. Estamos a un mes de que terminen las clases, la rutina y la monotonía. Se acabará el colegio y las academias de inglés. Se irán los madrugones, el frío, la pereza de ir andando. Los exámenes.
¿Cuántas veces he soñado con que llegara ese momento? El momento de decirle adiós para siempre a esas cuatro paredes en las que nos enjaulan desde niños.
Y sin embargo ahora, no quiero.



No quiero ni imaginarlo. Las mañanas sin que mi profesor favorito, Don Jesús, chasqué los dedos para que vuelva de Babia. Los días sin ver cómo Julio y Piedad se pelean. Sin enfadarme con Javi porque es un machista. Cuando me gire hacia atrás porque no entiendo algo, ya no estará Samuel para ayudarme. Carmen dejará de hacerme cosquillas y ya no oiré más los chistes de Miguelito. Alfonso no me hará reír y Andrea no me dará más abrazos. No volveré a discutir de política yo sola contra toda una clase entera. Paula, Piedad y yo dejaremos de ver a diario a nuestro mito caído. Ya no podré aconsejar más a mi Sandra ni tirarle de la coleta a Elsa.
Y es que, simplemente, dejaremos de ser nosotros, 4ºB.

¿Sabes? Tendemos a pensar que el colegio es como una cárcel, cuando es justo lo que nos hace libres.


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