¿Tú que me das?

Explicame por favor. ¿Tú que me das?¿Por qué me parece que no hay nadie cuando tú no estás? ¿Por que me sube este calor cuando te tengo cerca? Por favor, devuelvemé mi reveldía y sal de mi cabeza. Toda la
vida pensando que el mundo corre en mis manos, creyendo que nada malo me puede pasar, comiendome los caminos, llamano al viento mi hermano, y ahora llegas tú, me miras, y el mundo se viene abajo. Tantas  palabras para decirte que te quiero, y mucho. <3

Miedo.

Esa barrera tan ligada al deseo que impide que las miradas tengan más
intensidad de la que deberían.
Esa necesidad por ocultar una sensación que desearías compartir con
cualquier persona.
Esas ganas de gritarle al mundo que te sientes distinta…

Aprendí.

Aprendí que los peces nadan y la aves vuelan. Que los políticos mienten, que la Tierra es redonda. Que la gente es falsa, que todo el mundo tiene dos caras. Aprendí que la suma de dos y dos son cuatro, que hay que dar más de lo que se recibe. Que no hay que ilusionarse demasiado. Que la vida es un regalo. Me enseñaron que el futuro no está escrito, que el universo es infinito y que nosotros somos personitas diminutas, casi inexistentes. Aprendí que el tiempo pasa, que las arrugas salen, que los pechos se caen y que la belleza no es lo más importante. Aprendí a no creer en las promesas, a confiar en casi nadie y a contar con los dedos de una mano a los amigos de verdad, a los que siempre estuvieron a mi lado.

Tú vida, tú película.

Hollywood nos mintió, nos miente y lo seguirá haciendo sin mostrar un mínimo sentimiento de culpa. Nos hace creer en los amores idílicos, los cuerpos perfectos, los milagros justo a tiempo, la magia del ''nunca jamás'', historias con finales felices o dramas con su parte de comedia. Y como bien decía en aquella película, poco a poco nos damos cuenta de que jamás alcanzaremos esas cosas.

Yo, llegados a este punto, propongo, que sin muchas dilaciones, nos dejemos llevar, vivamos nuestras historias, otorguemos la perfección a lo imperfecto, tomemos por héroes a aquellos que no tienen superpoderes pero son increíbles, creemos nuestra propia magia momentánea y tengamos en cuenta que un final feliz puede estar en una mirada.

Por poder, puedes hasta poder.

Puede que no seas perfecta, puede que no seas la mejor en lo que haces, puede que falles mil y una vez, puede que no te merezcan, puede que tengas defectos, puede que jamás llegues a superar tus miedos, que siempre sigas anclada en el pasado recordando lo que algún día fue bonito. Puede que se te den fatal las matemáticas o que odies sociales. Puede que haya algo imposible o puede que no. Puede que jamás llegues a ser alguien normal, puede que jamás logres ser diferente. Puede que sueñes demasiado, que te rías más de lo que deberías, que te emparanolles con gilipolleces, que te importe lo tonto y te de igual lo importante. Puede que estés leyendo esto y te sientas identificada o puede que no, e incluso puede que ni lo estés leyendo. Puede, puede, puede...

Por poder, puedes hasta poder.

PRESIÓN.

De pequeño, solo batallas con tus padres para poder comprar ese cochecito de juguete que tanto te gusta. Vas creciendo, hasta que en tu adolescencia cambias el cochecito por algún chico que te alegre y te haga pasar un buen rato. 

Sin embargo cuando creces, ese chico para pasar un buen rato, se convierte en la necesidad de encontrar a otra persona con la que compartir tu vida (PRESIÓN) y aquel cochecito de juguete por el que batallabas, se convertirá en la obligación del pago de dicho medio de transporte, que necesitas para tu trabajo (PRESIÓN).

Dichosa la sociedad en la que vivimos, que convierte nuestras alegrías de juventud en meras obligaciones y presiones de nuestra madurez.

+¿Qué quieres ser de mayor? -No quiero ser mayor.

Según los adultos hay que hacerse mayor para comprenderlo todo. Pero cuando miro a la gente por la calle yo no veo que sean felices. Es como si al cumplir los dieciocho todo el mundo perdiera la cabeza. Todos son caras largas, malas noticias,...
Según la televisión el tener un buen coche, una buena casa, un buen trabajo,.. es lo que debe determinar si eres feliz, y si aun teniéndolo todo no eres feliz, es que estás loco.
Pero claro, para eso hace falta dinero. Los adultos están siempre trabajando de un lado para otro. Y ahora yo me pregunto, ¿para qué? ¿Para conseguir al final de año quince días? Quince tristes días de vacaciones, quince días en los que te vas muy lejos para olvidar el resto de días que pasas trabajando. Más otros cuantos de días para que tus hijos sean felices abriendo regalos mientras tu sabes que ellos también trabajarán por quince míseros días. 

Por eso cuando me preguntan que quiero ser de mayor, simplemente respondo que no quiero ser mayor. Me quedo con mi infancia, con mis amigos, con mis tonterías infantiles, con la inmadurez, con mi fantasía, con mis reflexiones, con MI VIDA.

Algún día ocurrirá.

Algún día ocurrirá, llegará el momento. Encontrarás a esa persona. Esa persona que, aun teniendo errores, te parecerá perfecta, te hará feliz. Y entonces, no querrás ni dormir por las noches, porque tu vida real supera a tus sueños. Y simplemente te pones a pensar en esa persona, te encanta su sonrisa, sus ojos y su voz. Le darás  vueltas a la cama y no podrás dejar de pensar en sus labios. Querrás trepar por su cuello, para luego acariciar su oído y terminar robándole un beso!

Solo tendrás ojos para él, porque en él verás un mundo perfecto. Querrás susurrarle cada segundo al oído un te quiero que le haga sonreír.

Y en el fondo te dará hasta coraje que tu vida dependa de una sola persona. Por que, para empezar, tendrá esa sonrisa que hará que pongas esa cara de tonta, te mirará con esos ojitos que harás que tengas que sonreír aunque no quieras, aunque estés enfadada. Tendrá esa mirada, esa mirada que sete centrará en la mente y te volverá completamente loca. Él hará que sea la persona por lo que lo dejarías todo en un instante, hará que le quieras como no has querido nunca ha nadie, y hará que cuando le veas solo quieras quedarte con él.

Allí fuera.

Ahora tengo a mis padres para ponerme en sobre aviso, allí fuera tendremos que confiar los unos en los otros, confiar en que no nos fallaremos, admitir nuestras diferencias y aceptar que, nos guste o no, durante toda una vida estaremos atados por un cordón irrompible.

Y será así, quieras o no. Y aunque ahora tengo miedo, me muero por saber que ocurrirá. ¿Qué voy a hacer con mi vida? Es ahora cuando lo tengo que decidir. Y mientras tanto, estoy aquí, encerrada en mi habitación escuchando música, a oscuras, solo con la luz de mi portátil, escribiendo esto. Ese no es el camino, ¿verdad?

¡Qué sí!

Que me despierto de mala leche por las mañanas, que soy insoportable cuando me lo propongo y cuando no, también. Que tardo más de media hora en hacer las cosas,que cuando quedo con alguien es imposible que llegue a la hora exacta, que canto canciones que sólo yo entiendo en la ducha. Que muchas veces puedo hacerte reír, descojonarte de la risa por cualquier tontería pero otras tendré el peor dia de mi vida. Que estando conmigo todo es improvisado, que las cosas planificadas son las que luego salen peor. Que mis ojos son marrones, no cambian. Que me encanta destacar en la ropa, que soy muy ahorradora, cuando quiero. Que a veces canto, bailo y grito en medio de la calle. Que me apasiona la escritura y que muchas veces escribo sobre ti.Que me encanta llevar siempre una cámara en la mano. Que me emparanollo rápido por gilipolleces que, para mi, no lo son. Que la luna reflejada en el mar me enamora, los besos bajo la lluvia como en las típicas películas americanas me encantan, pero más si es con el chico al que quiero tanto. Que puedo llegar a ser pesada, agobiante, cabezota, insoportable, infantil y todo lo que me proponga y más. Porque cuando yo quiero algo hago todo lo posible por tenerlo. Que he aprendido que las oportunidades o las aprovechas o se van con el viento. Y que cada día es único, solo hay que saber mirarlo de una manera diferente, distinta.

Su sonrisa.

Mejor que despertarse los sábados a la hora de comer. Mejor que pasarse un domingo de invierno entero en el sofá viendo una película detrás de otra. Mejor que un sábado noche de fiesta con tus amigos. Mejor que gastarte todos tus ahorros comprándote ropa. Mejor que celebrar tu cumpleaños con tus seres más queridos. Mejor, aún mejor. Más bonito que un atardecer, y más bonito que el paisaje más bello. Aun más, mucho más. Así, así de impresionante es su sonrisa.

y el roce de sus labios contra la piel de mi cuello.

Sostuve mi mirada inquisitiva, inmóvil, sin ceder. Él tiró de mi. Le seguí sumisa. Nadie parecía mirar a nadie, pero nuestros rostros inmunes parecieron ser de más importancia que unas simples palabras. Me empujó de forma suave contra la pared más próxima y allí me abrazó de nuevo, con mayor intensidad y fuerza. Un atisbo de pasión que nacía y moría allí mismo. Simplemente me dejé querer. Sentí de nuevo la mano del chico en mi nuca, la respiración junto a mi oído, y el roce de sus labios contra la piel de mi cuello.

Toda la puta vida queriendo crecer.

Toda la puta vida queriendo crecer. Pues te diré algo…

Antes sonreíamos sin motivo, ahora necesitamos motivos para sonreír. Antes nos maquillábamos para jugar, ahora para estar guapas. Antes nos daba igual la ropa porque solo queríamos juguetes, ahora los juguetes quedaron atrás y ahora cada día nos preocupamos y dejamos la habitación como el mismo Bershka en rebajas para ver que nos ponemos. Antes podíamos tener 5 novios a la vez porque simplemente no sabíamos el significado de esa palabra, tampoco el significado de la palabra amor. Y ahora vas descubriendo el mundo y te enteras que todo es difícil.

Y resulta que antes todo y todos te daban igual, que antes eras feliz con comerte un regaliz. Y ahora, lo eres, pero necesitas la tarta entera para ti sola.