Quiéreme,
porque te lameré las lágrimas cuando llores,
te daré una toalla cuando arrojes la tuya,
y tiraré a tus miedos por la ventana cuando tiembles.
Quiéreme,
sin las hemorragias de las dudas,
y las inseguridades crónicas
que frenan todo lo que camina en nombre del amor.
Quiéreme,
con toda esta índole gris
que guarda en una bala todo mi pasado,
y no me des tiempo para dispararme y
ponerlo todo perdido de recuerdos.
Quiéreme a mí,
como nunca has matado a nadie.
Quiéreme,
y no temas las tormentas, ni los huracanes
que pueda provocarte
mi cintura,
que ya llegará la cama calma.
Quiéreme así,
borracha de ambiciones,
desnuda, por escribirte,
mendiga, por pedirte amor.
Quiéreme,
y luciré mi ego por tenernos,
Y es que no hay mejor orgullo que ser
contigo.
Quiéreme,
que de mí nacerá el tallo del amor,
la flor a la que todos llaman vida.
Y te diré “mira qué hermoso”
como si pudiera un geranio
hacerte
competencia.