He intentado no dedicarte ni una sola letra esta noche, pero
mi bolígrafo se niega.
He querido plasmar el placer sobre el papel, pero mi bolígrafo
se niega.
He pretendido dejar constancia de los días a tu lado, pero
mi bolígrafo se ha vuelto a negar.
He fracasado en todos y cada uno de los intentos por
escribir lo inexplicable. He desistido.
Y me he dado cuenta de que llevo todo el día llamando “bolígrafo”
a mi corazón.