viernes, 28 de marzo de 2014

Mi bolígrafo se niega.

He intentado no dedicarte ni una sola letra esta noche, pero mi bolígrafo se niega.
He querido plasmar el placer sobre el papel, pero mi bolígrafo se niega.
He pretendido dejar constancia de los días a tu lado, pero mi bolígrafo se ha vuelto a negar. 
He fracasado en todos y cada uno de los intentos por escribir lo inexplicable. He desistido.

Y me he dado cuenta de que llevo todo el día llamando “bolígrafo” a mi corazón.

martes, 18 de marzo de 2014

Infierno.

Bajaste y viniste a decirme qué veías. Bajaste hasta el mismo infierno, aprendiste, y viniste más tarde a contarme que no de gula tiene el diablo ardores en el estómago. Que allí abajo se queman los miedos al mismo tiempo que tú. Y tú que esperabas encontrar putas y viciosos como relatan las leyendas, y sólo quedaban las cenizas de algunas sotanas y el metal oxidado de férulas forjadas en pecado. Dicen que cuando se prueba la adrenalina, te vuelves adicto a ella. Así que imagino que no le dijiste adiós a Satán, sino un “volveré acompañado, amigo”.

Pequemos, amor, que en el infierno ya tenemos asiento en primera fila.

lunes, 17 de marzo de 2014

"Título de la entrada"

Mis padres me enseñaron a esquivar las hostias que otros lanzaban, y a coserme las heridas con hilo de acero. A que las sotanas doradas de los hijos predilectos escondían más secretos que piel, y que tu religión no es más que una ilusa falacia. Aprendí que las editoriales no marcaban destinos, y que las historias que acaban bien no tienen ningún atractivo. Crecí, y abandoné manadas cuando se volvieron rebaños, dejando la marca de mis pezuñas en el camino. Escogí volar a ras del barro y así evitar las nubes de gente que ahogan. Tantas veces me ensucié la cara, como lágrimas lavaron mis manchas. Y aunque no queden barrizales sin mis llantos, siempre tendré unos brazos donde acunarme. Prefiero los charcos a los barcos, y los grillos a los gritos. Quédate con tus vigas de mentira y deja que malgaste mi vida entre la lluvia.