quisiera contarte un cuento.
Decirte que todo pasa,
que son fuegos artificiales
o algún cohete rumbo a Plutón.
Pequeño,
cómo explicarte
que hay quien premia al escorpión
por envenenar
por envenenarse,
y lo llaman premio nobel de la paz.
Que la tierra es sagrada
y no entiendo por qué
sangra tu camino.
Pequeño,
no sé cómo explicarte
que cuando la avaricia y el fanatismo se juntan
nace la barbarie
y nunca la sufre el que la crea.
Pequeño,
no le preguntes a tu madre
¿por qué hemos de nacer
palestinos, pobres, olvidados,
desnutridos de paz?,
Ella tampoco sabe.
Y es que no hay idioma para traducir la tristeza de un
pueblo
y el afán de otro por recordarte en cada misil que no debes
existir.
Pequeño,
no busquen las respuestas en las estrellas
porque también son conscientes de la inocencia
y hasta la luna sabe de conquistas ideológicas.
Pequeño,
que no entiendes de odios,
tradiciones, ni limpiezas,
que respiras el miedo en tu familia y vecinos,
que no tienes dónde protegerte de quien les da igual que
seas un niño.
Quisiera contarte tantas cosas
pero este poema no ayuda,
un poema no ayuda,
no
ayuda.