Grita silencios
porque odia las palabras vacías
en bocas llenas.
Salta charcos
por miedo a inundarse.
La ves reírse
porque sólo conoce esa forma de abrazarse.
Sabes que siente más de lo que dice
y llora menos de lo que aparenta.
Y no concibe
la realidad sin alcohol.
Me he subido a la terraza del edificio más alto
desde donde se veía cada detalle de tu vida,
entendiendo que nunca estuviste a mi altura.
Soñabas ser feliz con la tristeza como bandera
y a pesar de que las banderas nunca representan nada bueno,
aquella te representaba.